miércoles, 11 de abril de 2012

LA CABEZA DE SAN JUAN

por Antonio.

Empeñado en hacer creer al país que la tijera es la única forma de salir de la crisis, el Gobierno aprobó el pasado 3 de Abril los Presupuestos para 2012 (por cierto, les ruego que me expliquen qué les lleva a hacerlo en el cuarto mes del mismo año). No se inmuta Rajoy al admitir que hay que dar muestras de estabilidad a los mercados y no se le ocurre otra forma más original que meter la motosierra en las prestaciones sociales de las cuentas del Estado

Porque, entenderán ustedes, que a esos mercados no les interesa un recorte en las cifras de la Casa Real, ni en coches oficiales, ni en la dotación a la Iglesia. Esos entes abstractos prefieren acabar con una de las vías de ayuda a la dependencia (de 238 millones de euros), reducir las partidas de fomento al empleo en a más de 1500 millones de euros y dejar temblando la inversión en I+D al pasar la guillotina para acabar con el 25% de su presupuesto. Ahora bien, esta última es más comprensible una vez hemos oído al ministro Wert afirmar que no es ningún drama que científicos e ingenieros españoles se vayan a hacer las Américas, las Alemanias mejor dicho. También llama la atención, entre otras muchas cosas, que los presupuestos de Educación y Sanidad juntos no consigan alcanzar al Ministerio de Defensa.

Es inevitable tener la sensación de que todo esto forma parte de un ritual ancestral, algo parecido a las danzas africanas para llamar a la lluvia. Pero en este caso para alejar los fantasmas del rescate. Rajoy ha sucumbido a los sensuales movimientos de Merkel y sus emisarios y ha entregado en bandeja de plata la cabeza de San Juan a la Unión Europea. Como buen matarife electo, efectúa el trabajo que creía tener asignado pero que nunca reconoció en campaña electoral.

No obstante, parece que los Presupuestos no han gustado o no han sido suficientes. El pasado martes la Bolsa saludaba al país con una caída del 2,96% y se colocó en los niveles de marzo de 2009. Tampoco tuvimos suerte con la prima de riesgo, que se disparó hasta los 434 puntos de diferencia con el bono alemán. Por eso, el Gobierno decidió mostrar a los dioses que está dispuesto a llegar a cualquier sitio para conseguir la ansiada estabilidad y anunció un recorte de 10.000 en sanidad y educación en una escueta nota de prensa. Eso sí, sin dar ninguna explicación, ni en el Congreso ni a la prensa.

Si las nuevas reformas siguen sin tener el reflejo positivo en los divinos mercados que el Gobierno espera quizás tengamos que probar nuevos sacrificios y ofrendas. Tal vez la próxima sea degollar un cordero o dejar de comer carne los viernes. Yo propongo otra: tiremos a una cabra desde un campanario. Ya que estamos, hagámoslo de una forma castiza.
Para más información consulta aquí el gráfico comparativo de lainformación.com sobre los presupuestos

2 comentarios:

  1. Ja. Cuando los mercados (uuuuh) nos prestaban dinero a raudales para erigir el "estado del bienestar" molaban y estaban ayudando a las fuerzas celestiales de la socialdemocracia. Ahora que ya no nos quieren prestar porque no están seguros de que lo vayan a recuperar, son malos.

    De todas formas Toñito, yo estoy de acuerdo contigo: dejemos de hacer "sacrificios" a los mercados y paremos de emitir deuda. Igual este macrorrecorte del 8% del gasto público se convertía en algo serio.

    P.S. Tengamos dos deditos de frente por favor, que no somos @agarzon. El presupuesto de defensa supera al de sanidad y educación EN EL GOBIERNO CENTRAL, porque estas dos últimas están transferidas a las comunidades.

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  2. Hace años había muchísima más deuda pública de la que hay hoy día.
    Hace años había bancos (cajas de ahorro) públicas, cuyos objetivos no era hacerse un hueco en el mercado financiero internacional.
    ¿Por qué hoy día importanta tanto esa supuesta deuda pública, muchísmo menor? ¿Quizás porque los grandes pensadores liberales (socialdemócratas o no) que defienden privatizar empresas y sectores que dan beneficios, no sólo económicos, luego no saben privatizar sus pérdidas y, con ellas, se vuelven más Marxistas que Marx y claman por nacionalizarlas.
    En ese mundo vivimos.
    Y parece que nos mola. Y mucho.

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